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Los bitcoins pueden comprar un reloj TAG Heuer, un pasaje de avión o un sándwich de carne. Pero, ¿cómo funciona eso realmente?

Las compras con bitcoins y otras divisas digitales siguen siendo un fenómeno relativamente aislado. Mucha gente adquiere bitcoins más como inversión que como moneda de uso corriente.

Y el complejo funcionamiento de la volátil moneda puede espantar a los neófitos. ¿Cuáles son las comisiones? ¿Y los impuestos? ¿Cómo usas una divisa que puede devaluarse significativamente en el tiempo que pasa entre los aperitivos y la cuenta después de una comida?

Comprar algo con bitcoins puede ser muy sencillo, un par de clicks en el teléfono. Pero hay que tomar ciertas precauciones. Un vistazo a una transacción, la compra de un Subaru del 2017 de un residente de Virginia a un concesionario del estado de Nueva York ayuda a comprender la mecánica de los bitcoins.

La idea es hacer negocio
Eugene Rubinchuk no compró la divisa digital porque le gusta permanecer anónimo ni para asestar un golpe a los bancos. Lo hizo para ganar dinero.

Rubinchuk y su padre Michael promueven su concesionaria de autos en televisión, con una publicidad en la que el padre aparece con un sombrero de pie. La divisa digital es tan solo otra herramienta a su disposición.

“Es una forma de llegar a clientes que normalmente no se fijarían en nosotros”, explicó.

Los autos y camiones que venden se cotizan en dólares. Lo único que tuvo que hacer Rubinchuk es contratar un servicio que le permite aceptar divisas digitales si surge un comprador que quiere pagar con bitcoins.

El pago con criptodivisas
Jonathan Cypert experimentó tempranamente con bitcoins y no le fue nada mal.

En el 2011 leyó acerca de una divisa creada hacía dos años cuyo valor se multiplicaba e invirtió US$ 2,000 en computadoras para poder explotar los bitcoins durante un año y medio. Ese es el complicado proceso que premia a los participantes con avanzados conocimientos de tecnología que verifican sus transacciones con bitcoins a través de sus libros de contabilidad públicos, llamados blockchain.

Cuando se metió en esto, un bitcoin se cotizaba a US$ 2.50. El día que decidió comprarle un Subaru usado, con pocos kilómetros encima, a su mujer, un bitcoin costaba US$ 14,000.

Este joven de 32 años de Virginia ve los bitcoins como una especie de reserva que lo ayudará a sobrevivir cuando se retire de las fuerzas armadas. (Consciente del peligro que representa el robo de datos personales, Cypert pidió que no se publicase su ciudad ni la rama de las fuerzas armadas en la que sirve).

"A esta altura, te preguntas por qué no aprovechar el momento”, dijo Cypert. “Puedo tomar algunas de las ganancias”.

La negociación
Rubinchuk y Cypert hablaron por teléfono la noche de 2 de enero y acordaron la transferencia de un Subaru WRX STI por US$ 34,640.

Después tuvieron que ponerse de acuerdo en torno al valor de los bitcoins según las tasas de cambio del momento. Revisaron los precios en sus pantallas y acordaron que un bitcoin valía US$ 14,755. Cyper transfirió 2.34790481 bitcoins de su cuenta electrónica personal a una de Rubinchuk.

También abonó una comisión de US$ 3.50, dinero que ayuda a mantener el sistema funcionando.

Acto seguido, Rubinchuk vio cómo el valor de los bitcoins subía y bajaba mientras esperaba que la moneda digital fuese convertida en dólares.

Los riesgos
Rubinchuk quería hacer la conversión rápidamente en caso de que los bitcoins se devaluasen. Es bien sabido que la divisa puede ganar o perder US$ 400 en media hora.

Pero el servicio que usaba debe recibir varias confirmaciones antes de proceder. Rubinchuk recuerda que esperó nerviosamente 30 o 45 minutos.

“Estaba muy nervioso, revisando cada cinco minutos a ver si el dinero estaba disponible”, relató.

Al final de cuentas, cobró casi lo que valía el auto en el momento en que se cerró la venta. El bitcoin se cotizaba a penas siete dólares por debajo del precio que habían tomado como referencia.

El dinero llegó a su cuenta en 48 horas.

El dinero sucio
Las divisas digitales son usadas por delincuentes para transferir fondos en forma anónima.

Rubinchuk informó al servicio de rentas internas acerca de la operación y reveló cómo había recibido el dinero.

Todo es cuestión de timing
Las comisiones de los “miners” bajaron marcadamente este año y los promotores de la ciberdivisa aseguran que las nuevas tecnologías están resolviendo los problemas de congestionamiento. Rubinchuk tuvo que esperar solo 15 minutos para hacer una conversión la semana pasada, tras su segunda venta con bitcoins, la de un Hunday Elantra del 2016.

Hace poco en Hillsboro, Oregon, Jeff Hanzlig compró artículos para el cultivo de marihuana por valor de US$ 288 en una transacción que se completó en pocos minutos. Transmitió 0.03305451 bitcoins a través de su teléfono, que leyó un código en la tableta del vendedor. La misma aplicación permitió a Hanzlik elegir pagar una cuarta parte de las comisiones.

“Cuando comprendes esta tecnología, se te abre un nuevo mundo y no tienes otra alternativa que usarla en el futuro”, dijo Hanzlik.

La red de bitcoin, no obstante, todavía no está preparada para transacciones pequeñas, según Christian Catalini, fundador del Laboratorio de Criptoeconomía de MIT.

“Si quieres pagar un café con bitcoins, estás de malas. Esto no está para eso en este momento”, expresó. “Pero las cosas pueden cambiar”.