(Bloomberg).- La perspectiva de un bloqueo de los Estados Unidos a las importaciones de petróleo de ha desencadenado un fuerte movimiento de lobby en Washington que enfrenta a productores de energía locales como el magnate petrolero , que se inclina por una posición dura, con las refinerías que dependen de esos suministros.

Hamm dijo que golpear al presidente venezolano Nicolás Maduro donde más le duele disuadiría al líder socialista de tomar medidas para socavar la democracia y consolidar su poder.

En una entrevista, el máximo responsable de Continental Resources Inc. instó al presidente Donald Trump a bloquear el petróleo, una fuente vital de ingresos para Venezuela.

"Si el presidente quiere tener un impacto inmediato en Venezuela para poner fin a las violaciones de los derechos humanos, está en condiciones de hacerlo", dijo Hamm, que habló en su condición de presidente de la Alianza de Productores Locales de Energía, entre cuyos miembros hay empresas productoras, compañías de servicios petroleros y asociaciones independientes de petróleo y gas.

Se oponen a la prohibición compañías de refinado como Chevron Corp., Phillips 66 y Valero Energy Corp., que han advertido que suspender los envíos de crudo venezolano dejaría sin materia prima a las refinerías que procesan el crudo pesado del país, lo cual las llevaría a buscar fuentes alternativas de aprovisionamiento y haría subir los precios de la gasolina.

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[Harold Hamm. Foto: Bloomberg]

Para ambos países es mucho lo que está en juego. Venezuela es el tercer mayor proveedor de petróleo de EE.UU. –más de 270 millones de barriles por día por un valor de aproximadamente US$ 10,000 millones el año pasado- y eso representa una gran fuente de ingresos para el país sudamericano.

Hamm fue un abierto partidario de la candidatura presidencial de Trump y aceptó luego asesorarlo en política energética. Trump, por su parte, elogió a Hamm en reiteradas ocasiones durante actos de campaña ante públicos con fuerte presencia de la industria en Dakota del Norte y Pensilvania.

Cuando se une, la industria petrolera ejerce una fuerte presión en Washington, tanto entre aliados que desempeñan altos cargos en el gobierno de Trump, como en Capitol Hill, para impulsar sus prioridades en cuanto a políticas.

Los intereses de gas y petróleo se ubican en cuarto lugar en el lobby industrial con un gasto de US$ 64 millones en los primeros seis meses de 2017, según el Center for Responsive Politics, una organización sin fines de lucro que analiza datos financieros de campañas y actividades de lobby.

Las refinerías presionan a su favor ante el gobierno de Trump desde junio, en momentos en que la Casa Blanca evalúa formas de presionar a Maduro para desalentar una reforma de la constitución de Venezuela. El gobierno de Trump congeló el miércoles los activos de ocho venezolanos, con lo que reforzó sanciones anteriores tomadas contra 13 personas vinculadas al régimen de Maduro.

Funcionarios de la Casa Blanca han preparado un menú de posibles sanciones adicionales contra Venezuela, pero están divididos respecto de si –y cuándo- tomar medidas que podrían exacerbar el deterioro de la situación económica y humanitaria del país.