(AFP) Vientos de proteccionismo soplan en Estados Unidos y Europa, pero los países miembros de la reivindicaron en Washington en la víspera (jueves 6) la bandera de la liberalización comercial y dieron un nuevo aliento a la integración en América Latina.

"Las fuerzas contra el libre comercio y a favor del proteccionismo deben ser revisadas y debemos hacer un frente pro libre comercio y sus muy positivos resultados", estimó la subsecretaria mexicana de Hacienda, Vanessa Rubio, que asiste en Washington a la asamblea anual de otoño boreal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial.

Perturbadas por el Brexit en el Reino Unido y a un mes de unas indecisas elecciones en Estados Unidos, por la popularidad de las promesas de Donald Trump de imponer represalias aduaneras a México, las élites económicas mundiales reunidas en la capital estadounidense realizaban un inusual examen de conciencia sobre la globalización.

"A pesar de los enormes beneficios que trae, muchas personas sienten que han sido dejadas a un lado", apuntaron en un artículo en el Wall Street Journal la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el presidente del Banco Mundial, Yim Jong Kim, y el jefe de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el brasileño Roberto Azevedo.

Pero las altas autoridades económicas de México, Colombia, Perú y Chile el cuarteto integrante de la Alianza del Pacífico cantaron a rajatabla las loas de la integración.

"Aparte del libre comercio se trata de educación, oportunidades y coordinación en la manera como llevamos nuestras relaciones internacionales", dijo refiriéndose al bloque el ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas.

Rubio citó los beneficios en la creación de puestos de trabajo, crecimiento económico, inversiones y posibilidades de reducir la pobreza.

"Es un instrumento para coordinar políticas", estimó el ministro de Economía y Finanzas del Perú, Alfredo Thorne.

Creada en el 2011, la Alianza del Pacífico tiene objetivos claros: fomentar el libre tránsito de bienes, capitales y personas, homogeneizar normas y reducir trabas, crear oportunidades para inversiones extranjeras y cooperar en nuevos emprendimientos. En este tiempo, han logrado liberalizar el 92% del comercio intrabloque.

Considerada como la sexta economía del mundo, los cuatro países del bloque suman casi el 52% del comercio total de la región y el 36% del Producto Bruto Interno (PBI) de América Latina, con un mercado de unos 212 millones de personas.

Y naturalmente miran hacia el Pacífico: tres de los miembros negociaron con Estados Unidos y más de media docena de países asiáticos, y que aún debe ser ratificado en los parlamentos.

Kim lo calificó como la "más interesante en el comercio internacional en los últimos años".

EsperaEl pequeño bloque ha ganado adeptos en la región por su flexibilidad y pragmatismo a la hora de adoptar sus decisiones por encima de las ideologías, mientras el fuego de la izquierda que ardió a inicios de siglo se apaga con gobiernos desplazados o sucumbidos a crisis económicas.

Y a más de diez años del fracaso del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que promovía Estados Unidos, la Alianza del Pacífico muestra un apetito de expansión.

Argentina, que dejó atrás más de 12 años de kirchnerismo durante los que el foco eran los países con gobierno de izquierdas en la región, fue el último país en unirse como "observador" del bloque y tiene ganas de convertirse rápidamente en miembro.

"Podemos ser la intersección", dijo el ministro argentino de Finanzas, Alfonso Prat-Gay, en referencia a la ubicación de su país entre las costas del Pacífico y las naciones del Mercado Común del Sur (Mercosur), que miran hacia el Atlántico.

"Es genial que esté acercándose", respondió Thorne.

Para Prat-Gay "la idea es que podamos poner al Mercosur en esa misma vena y apuntar a algo que nos ha eludido por los últimos dos siglos, una integración formal y real de Sudamérica".

Pero el contexto político no es propicio: el Mercosur atraviesa una de sus peores crisis, por las presiones de Argentina y Brasil a Venezuela para que cumpla sus obligaciones y pueda permanecer en el bloque.

Aun así hay avances. Uruguay y Chile firmaron un acuerdo de libre comercio. Mientras tanto, la Alianza del Pacífico apunta a nuevos hitos de integración, como el total libre flujo de capitales o la integración de cadenas de producción.