¿Cuál es su diagnóstico de las medidas económicas ejecutadas por el gobierno?En el corto plazo, el Ministerio de Economía ha anunciado reducciones en el gasto público para cerrar un déficit fiscal un poco menor, pero realmente esperemos que en compensación se aceleren muchas de las inversiones privadas para que se reactive la actividad económica. El Estado debe agilizar los procesos para que la inversión privada y pública se ejecute más rápido.

Pero siguen elevadas las expectativas de los empresarios…En general, hay una ambivalencia con todo lo que tiene que ver con reducción de impuestos. Los empresarios y los ciudadanos preferirían pagar menos impuestos, pero hay conciencia de que el Estado debe tener un presupuesto equilibrado y de que es peligroso un déficit fiscal excesivo. El empresariado quiere ver para juzgar. No hay mucha confianza en que la reducción de impuestos vaya a formalizar la economía, pero tampoco hay una posición crítica porque sí confía en el equipo económico. También hay expectativas sobre cómo va a ser el proceso de repatriación de capitales y el rol de la Sunat y Sunafil.

¿Qué faltó en estos tres meses de gobierno?Todavía no podemos juzgar porque no se han promulgado las normas de delegación de facultades. Sin embargo, con lo avanzado hasta ahora hay un optimismo moderado de los empresarios porque claramente hay un equipo de gobierno que va a poner políticas económicas sanas. Las expectativas son positivas, pero debo aclarar que no hay un exceso de optimismo.

¿Se pudo hacer más en estos primeros tres meses?Se debió ser un poco más crítico con lo que han recibido. Tanto el Presidente como el primer ministro decidieron plantear en su presentación lo que querían hacer. Creo que un punto medio hubiera sido lo correcto.

¿Le pondría una nota aprobatoria al gobierno? No, aún es prematuro para ponerle una nota aprobatoria. Pero sí puedo decir que es un Presidente y un gabinete muy bien preparado. En el camino vamos a descubrir que algunos ministros están preparados, pero que otros calificaban para viceministros. El Presidente tendrá que cambiarlos. Hay algunos, no voy a decir quiénes, que no están dando la talla.

¿Cuál es su diagnóstico en el ámbito político?En el lado positivo, hemos visto un Presidente dinámico y muy franco. Además, un buen gabinete que se ve cohesionado, y se perciben avances en una serie de sectores. En el lado negativo, está la bancada. El gobierno tiene una bancada pequeña y esta muestra problemas internos. Parece que el Presidente no tiene un liderazgo firme en esa bancada. También están los problemas de personas como (Carlos) Moreno, que ha dañado la credibilidad.

La minoría en el Congreso siempre será un obstáculo…Eso nos lleva al problema más importante en el Congreso, que es que la mayoría la tiene Fuerza Popular. Eso obliga a una situación casi involuntaria de cogobierno. Peruanos por el Kambio (PPK) no quisiera cogobernar con los fujimoristas y estos quisieran ser oposición. Sin embargo, la realidad los obliga a ponerse de acuerdo.

Entonces, ¿el fujimorismo no va a ser una oposición clara?Para percepciones, conviene al fujimorismo ser crítico del gobierno y le conviene al gobierno marcar distancia de algunas decisiones del fujimorismo. Sin embargo, en la realidad tienen que conversar y ponerse de acuerdo. Si al país le va mal, la izquierda gana más fuerza.

¿Cómo luce el 2017?Los anuncios se materializarán, pero va a ser un proceso lento. No necesariamente ocurrirá en los primeros meses, sino hacia el segundo o tercer trimestre.

¿Cómo ve el futuro?El Presidente tiene que ser un poco más prudente en sus declaraciones políticas. Tiene que continuar conversando con la principal fuerza en el Congreso y estar mucho más atento al sabotaje de grupos extremistas. En lo económico, la gestión pública es clave. El manejo político de esto es complejo y no sé si el gobierno tiene consciencia de que necesita reforzar su equipo de negociadores políticos. Es un gobierno muy tecnócrata de ingenieros y economistas, que está muy bien, pero necesita más políticos para lograr sus objetivos.

La aprobación Kuzynski no es la misma que cuando se inició el gobierno. ¿Qué opina? Que el Presidente pierda popularidad conforme pasan los meses es normal, ha pasado lo mismo con presidentes anteriores, es lo que se conoce como "el fin de la luna de miel". Al comienzo hay muchas expectativas, pero después la impaciencia lleva a que la gente se sienta decepcionada porque no se puede resolver las cosas tan rápido.

¿Cuáles son esos temas que preocupa a las personas?Principalmente son dos temas: inseguridad ciudadana y corrupción, en los que tendrán que mostrar soluciones lo más pronto posible. En el caso de seguridad ciudadana, sí están avanzando. Por ejemplo, ha habido capturas muy importantes y reformas en la Policía. Sin embargo, hay sospechosos con antecedentes que los jueces han liberado. Entonces, la gente se queja de la inseguridad ciudadana y eso perjudica la aceptación del Presidente. Luego, en el ámbito de la corrupción, hay casos como el de (Carlos) Moreno que estallan y generan mucho rechazo, pero las medidas que se toman posteriormente para resolver el problema, como la creación de la Comisión de Integridad, no son conocidas por muchos.

¿Y los conflictos sociales?También deterioran la imagen del gobierno. Las Bambas, por ejemplo, donde murió un poblador. Lo que queda en la retina de la gente es que ahí la Policía mató a una persona y que el Estado no hizo una carretera. Uno debe exigirle al gobierno que se anticipe a ellos, pero es verdad que en estos primeros meses algunos conflictos sociales que han estallado vienen del gobierno anterior.

¿En materia económica cuál es la percepción de la gente?En este caso es muy importante que el presidente y los ministros, presten mucha atención a cómo se comunican con la ciudadanía para mantener el respaldo.

Hoja de vidaEstudios: Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad del Pacífico.Especialidad: Máster en Estudios Latinoamericanos por Stanford University. Cargo: Presidente de Ipsos Perú.