AIB
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Luego de un 2017 retador para la agroindustria debido al clima, la compañía AIB retomará sus planes de crecimiento y para mediados de mayo próximo inaugurará una nueva planta, junto a la que tiene en Motupe (Lambayeque).

Su gerente general, Roberto Falcone, indicó que la nueva infraestructura, que comenzó a construirse en octubre pasado, le permitirá fortalecer su línea de congelados, que representó un 23% de su facturación total a fines del 2017. Al término de este año, el negocio de congelados podría alcanzar un 30% de sus ventas.

La planta abarca un espacio de 12,000 metros cuadrados y demandó una inversión de US$ 10 millones.

La nueva infraestructura le permitirá quintuplicar su capacidad productiva en lo que a congelados se refiere.

Nuevas líneas
Falcone detalló que esta nueva planta también permitirá hacer una línea automática de limón fresco, para el mercado local y el de exportación.

AIB acopia frutas que provienen desde el norte chico hasta Tumbes, y para el negocio de congelados usa principalmente palta y mango, aunque “el plan también contempla empezar a congelar arándanos de Olmos”.

“La siembra de arándanos en irrigación Olmos nos da la oportunidad de industrializar esta fruta que no exportamos en frescos. También podemos vender espárrago congelado”, detalló el ejecutivo.

Expectativas
AIB habría alcanzado el año pasado una facturación similar a la del 2016 (alrededor de US$ 54 millones), y para este año podría retomar el crecimiento.

Actualmente su fuerte es la exportación, y acopia aproximadamente dos tercios del producto que vende. Solo 4% de sus ventas corresponden al mercado peruano.

En la planta nueva tendrán una línea de alta presión, para productos congelados de mayor valor agregado o pasteurización en frío.
Hoy la empresa desarrolla también la línea de jugos congelados (16%), frescos (13%) y completa su oferta ingredientes (aceite de limón, cáscara deshidratada, semillas).

Consultado sobre sus proyectos en Olmos, donde AIB tiene 500 hectáreas, Falcone precisó que seguirán cultivando frutos y probando nuevos productos, aunque advirtió que las condiciones de las vías de acceso a los campos, así como al proyecto de “la nueva ciudad Olmos”, no son óptimas para el transporte de pobladores o para camiones de carga.

“Hay que hacer una carretera asfaltada para que las personas quieran mudarse y transportarse de forma más rápida y segura”, señaló.