Redacción Gestión

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Junto a un superávit fiscal cercano al 7%, en el Perú encontraremos una incapacidad de gasto y una falta de toma de decisiones oportunas para ejecutar proyectos de infraestructura. Los procesos para este tipo de inversión, a cargo de , se topan con una serie de trabas que lentifican su materialización dentro de los plazos previstos.

Todo esto ha resultado en una brecha de infraestructura nacional que, dejando de lado los sectores más urgentes, supera los US$ 35 mil millones. "Probablemente estaría cerca de US$ 50 mil millones, considerando salud y educación", aseguró Gonzalo Prialé, presidente de AFIN.

Una de las propuestas de para reducir esta brecha es el fomento de las Asociaciones Público-Privadas (APP). Estas consisten en hacer concesiones al sector privado para la operación, mantenimiento y construcción de nueva infraestructura. Hasta el momento, según indicó Prialé, uno de los sectores con mejores resultados es el portuario.

Retos para ProInversiónPrialé reconoció que la cartera de proyectos de ProInversión es importante: bordea el 6% del PBI para los años 2012 y 2013. Sin embargo, lamentó que solo dos proyectos acaparen el 70% del total: la Línea 2 del Metro de Lima y la Carretera Longitudinal de la Sierra. "Esas grandes obras parecen estar todavía muy lejos en el horizonte", acotó.

Aparte de esas dos obras, el economista indicó que ProInversión aún no ha encontrado el ritmo para sacar otros proyectos adelante. Un ejemplo de eso es la hasta diciembre, cuya subasta había sido programada para el 19 de octubre.

Dentro de las razones de estas postergaciones, que son frecuentes en ProInversión, Prialé explicó que pueden deberse a dificultades encontradas en el proceso o a la falta de interés de postores.

"En ambos casos, las correcciones deben hacerse en el seno de ProInversión", manifestó. De no ser atractivos, los proyectos deberían adecuarse. Si se tratara de trabas burocráticas provenientes de entes partícipes del proceso, del regulador o la Contraloría, queda "ponerse la pilas" para sobrepasarlas.

ProyeccionesSi se ejecutaran las obras suficientes para cerrar la brecha de infraestructura, no solamente aumentaríamos un 2% al crecimiento económico anual, sino que estaríamos frente a un diferenciador para salir de la pobreza.

Prialé advirtió que la situación sería más preocupante si el se propusiera a pagar deudas con los ahorros y superávits fiscales que está generando. "Es un mal negocio para el país", dijo, "en vez de equiparnos para ganar productividad y mejorar nuestra competitividad, se baja la deuda y no se obtienen mayores resultados".