(Foto: Reuters)
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A los inversores les encanta quejarse de que los precios de los activos son demasiado altos, pero ellos son los únicos culpables.

Los inversores elevaron la relación precio-ganancias del S&P 500 a 26,8 a fines de 2017 frente al 11.1 cuando la crisis financiera de 2008 cedió en febrero de 2009, sobre la base del promedio de ganancias positivas de operaciones continuas a 10 años.

Arrastraron los rendimientos en el índice Bloomberg Barclays US Corporate High Yield Bond Index a 5.6% al final de 2017 comparado con el 16.1% de julio de 2009.

Redujeron el rendimiento del índice Bloomberg Barclays US Corporate Bond Index a solo 2.7% frente al 7.2% o de mayo de 2009. E hicieron lo mismo con los bienes raíces. El índice FTSE Nareit U.S. All REITs tenía un rendimiento del 4.1% en noviembre, por debajo del 11,1 por ciento de febrero de 2009.

El capital privado también es alto. De acuerdo con PitchBook, la relación entre el valor empresa medio y la Ebitda para las ofertas de compra promedió 6.3 de 2012 a 2016, el año más reciente para el que existen cifras disponibles. Ese múltiplo aumentó a 7.5 en febrero de 2017, la cifra más reciente disponible.

Todos estos activos tienen denominadores comunes. El primero es que a los inversores estadounidenses les gusta quedarse en casa. De acuerdo con Broadridge, que sigue los datos de 80,000 fondos en todo el mundo, el 70% de los activos en fondos mutuos de acciones de EE.UU. y fondos cotizados en bolsa (ETF) se invierten en acciones estadounidenses a pesar del hecho de que representan solo el 52% de la capitalización del mercado global. Los inversores prefieren incluso menos los bonos en el extranjero.

Aproximadamente el 87% de los activos en fondos de bonos de EE.UU. están en bonos estadounidenses, a pesar de que representan solo el 38% de los bonos a nivel mundial.

El segundo es que los activos de EE.UU. se ven muy bien en el espejo retrovisor. El S&P 500 tuvo una rentabilidad anual del 18.2% de marzo de 2009 a diciembre, incluyendo dividendos. El rendimiento del índice All REITs fue del 17.1% desde febrero de 2009 hasta noviembre.

Y el índice Cambridge Associates US Private Equity Index tuvo un rendimiento del 14.7% desde el segundo trimestre de 2009 hasta el primer trimestre de 2017.

Incluso los bonos aburridos han tenido buenos desempeños. El índice de alto rendimiento Bloomberg Barclays arrojó una rentabilidad de un 10%  anual desde julio de 2009 hasta diciembre. El índice corporativo tuvo un rendimiento de un 5.8% desde Mayo de 2009.

Esa combinación de sesgo nacional e inmediatez es deslumbrante. Pero los inversores que puedan pasarlos por alto encontrarán activos con precios más razonables en otros lugares.

Por ejemplo, el índice MSCI World ex USA –una colección de empresas en 22 países desarrollados fuera de EE.UU.- se negocia en una relación precio/ganancias de 17.9, un tercio más barato que las acciones estadounidenses.

Y el MSCI Emerging Markets Index se negocia en una relación precio/ganancias de 14.6, casi 50% más barata que en EE.UU.

Los precios son aún más bajos entre las empresas extranjeras derrotadas.

El índice MSCI World ex USA Value Index cotiza en una relación precio/ganancias de 14, y el índice MSCI Emerging Markets Value Index se negocia a una relación precio/ganancias de solo 10,7.

A pesar de los precios más bajos en el extranjero, no será fácil para los inversores estadounidenses dejar las comodidades del hogar. Por una parte, los inversores a menudo confunden la familiaridad con la seguridad.

También tienden a exagerar la destreza de EE.UU., a pesar del hecho de que EE.UU. tiene una baja clasificación en áreas que tienen un impacto significativo en la economía a lo largo del tiempo, como la salud y la educación.

También es difícil pasar por alto el bajo rendimiento de los mercados extranjeros en los últimos años. El S&P 500 tuvo una rentabilidad de un 8.5% anual en los últimos 10 años hasta diciembre, mientras que el World ex USA Index y el Emerging Markets Index han tenido rentabilidades de solo 2.4% y 2%, respectivamente.

Las acciones de valor tuvieron desempeños aun peores en el extranjero.

Los inversores pueden seguir abrazando los activos estadounidenses, por supuesto. Pero cuando se quejan de que "nada es barato", lo que realmente quieren decir es "nada de lo que me gusta es barato". Esa es una gran diferencia.

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