¿Cómo Trump podría destronar al dólar? La moneda de reserva mundial podría no sobrevivir
En esta ocasión vamos a comentar un artículo de Edward Fishman, Gautam Jain y Richard Nephew, todos profesores e investigadores de la Universidad de Columbia, EE.UU y dos de ellos que han trabajado como asesores del Departamento de Estado en gobiernos anteriores. El artículo completo se presentó en la revista Foreign Affairs del 8 de abril de 2025.
Ellos afirman que, con las acciones y políticas de Trump, EE.UU y el mundo estarán en peor situación. El aislamiento de EE. UU no traerá la reactivación manufacturera, ya que las materias primas importadas se encarecen y los mercados de capital se agotan. Sumado a sus ataques al estado de derecho representan la mayor amenaza para la condición del dólar como moneda de reserva. El verdadero resultado de una depreciación del dólar será la desaparición del poder económico que Trump intenta ejercer.
Reserva mundial
Fishman, Jain y Nephew señalan que el estatus del dólar depende de varias características que debe poseer cualquier moneda si aspira a constituir la mayor parte de las reservas de divisas de la mayoría de los países. En el nivel más básico, dicha moneda debe ser líquida (es decir, fácil de comprar y vender) y la mayoría de las personas, bancos y empresas deben aceptar usarla en sus transacciones.
La moneda de reserva mundial no solo necesita ser líquida y de amplio uso, sino que también debe funcionar como unidad de cuenta común para los bienes comercializados globalmente. En todo el mundo, las ventas de materias primas, desde petróleo hasta metales y cultivos, se denominan casi universalmente en dólares.
Valor confiable
El requisito final para una moneda de reserva exitosa es que las personas, las empresas y los bancos centrales la consideren una reserva de valor confiable. Para ello, el país de origen de la moneda debe tener mercados financieros y de capitales amplios y abiertos con oportunidades de inversión atractivas, regidos previsiblemente por el estado de derecho. Una inflación baja y estable también ayuda, para que los tenedores de la moneda sepan que el valor de sus activos no se evaporará de la noche a la mañana.
La economía estadounidense está abierta a la inversión extranjera: existen pocas restricciones para la entrada y salida de capital del país. La FED es ampliamente considerada como independiente y creíble. Y los tribunales y reguladores estadounidenses gozan de confianza en todo el mundo para resolver disputas comerciales, gobernar la economía de forma previsible y prevenir la corrupción significativa. También contribuye el hecho de que el mercado de bonos del gobierno estadounidense sea el más grande del mundo.
Sin rivales
Según los autores, la otra gran ventaja del dólar como moneda de reserva mundial es que no enfrenta rivales creíbles. El renminbi (o yuan) chino se vislumbra en el horizonte, pero China carece de mercados financieros abiertos y líquidos. No flota libremente en las bolsas de divisas. El gobierno chino restringe el libre flujo de capital.
Los extranjeros se enfrentan a obstáculos regulatorios al invertir en los mercados financieros chinos, incluido el mercado local de bonos, que también carece de la liquidez y la profundidad de los principales mercados de deuda del mundo. China ha intentado promover su competidor de SWIFT, el Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS); sin embargo, hasta ahora, el CIPS ha atraído solo el 0.2% del volumen de transacciones de SWIFT.
Euro
El competidor más cercano del dólar es el euro, que cumple muchas de las condiciones para ser utilizado como moneda de reserva global. La eurozona cuenta con mercados de capital abiertos y líquidos, y el euro es la segunda moneda más negociada y la segunda moneda de reserva más utilizada del mundo. Sin embargo, la eurozona no cuenta con una unión fiscal.
La falta de una política fiscal unificada en la eurozona condujo a la crisis de deuda europea de 2010-2012, que a su vez provocó una fuerte caída en los volúmenes de negociación del euro en los mercados de divisas. Asimismo, las acciones estadounidenses han tenido una rentabilidad casi cinco veces superior a la de sus pares europeas en los últimos 15 años. Para empeorar las cosas, la amenaza geopolítica de Rusia a Europa ha dado a los banqueros centrales otra razón para mantenerse alejados de la moneda.
BRICS, bitcoin y oro
Los esfuerzos por promover otras monedas de reserva emergentes no han dado resultados hasta la fecha. El grupo BRICS ha lanzado una posible nueva moneda que competiría con el dólar. Al menos a corto plazo, no representará una amenaza para el dominio del dólar. No solo no existe ningún plan para crear una unión monetaria o fiscal común dentro del BRICS, sino que los países involucrados difieren considerablemente en sus prioridades nacionales e internacionales.
Las alternativas más prometedoras, como el bitcoin y el oro, tampoco han tenido mucho éxito. Las criptomonedas carecen de muchas de las características necesarias para funcionar como monedas de reserva, como liquidez, estabilidad de precios y respaldo gubernamental o de otra fuente de valor clara. El oro tiene debilidades evidentes. Por un lado, los gobiernos no pueden controlar la oferta, por lo que depender del oro limita su capacidad para responder a las crisis económicas.
Diferencia actual
Fishman, Jain y Nephew anotan que el regreso de Trump ha creado una verdadera amenaza para el estatus del dólar. Dada la falta de alternativas inmediatas, es improbable que el daño sea fatal de inmediato, pero el riesgo, y el probable ritmo, de un declive terminal ha aumentado. Como mínimo, las acciones de Trump erosionarán los factores que sustentan el dominio del dólar.
Trump implementó políticas que llevaron a un dólar fuerte, pero desde entonces, el dólar se ha desplomado frente a otras monedas. Inicialmente, el dólar se recuperó, sin embargo, esas mismas políticas y la incertidumbre económica ahora pesan sobre el dólar, ya que los mercados esperan que perjudiquen sustancialmente el crecimiento estadounidense, especialmente tras el anuncio de los agresivos y amplios aranceles globales de Trump.
Las interrupciones en la cadena de suministro impulsadas por la guerra comercial, la escasez de mano de obra causada por las deportaciones y la incertidumbre política general están perjudicando la confianza de las empresas y los consumidores, lo que se traduce en un menor gasto y crecimiento.
Credibilidad dañada
Además, los aranceles globales de Trump dañarán irrevocablemente la credibilidad de EE.UU como socio comercial. Esto, a su vez, socavará la necesidad y el uso del dólar. Sus aliados sufrirán el mayor daño, ya que muchos de ellos se enfrentarán a aranceles más altos que sus adversarios. Israel, Japón y la UE, por ejemplo, están sujetos a aranceles más altos que Irán o Rusia.
Los economistas han demostrado que es más probable que los países mantengan reservas de divisas de sus socios geopolíticos. Al distanciarse de los aliados más cercanos se está alejando a los países que se han mostrado más dispuestos a depender del comercio facilitado por el dólar. A medida que los países buscan formas de limitar su exposición a los caprichos de Trump, las crecientes relaciones comerciales con China y otras economías importantes podrían dar a las empresas un incentivo para reemplazar el dólar en algunas transacciones.
Asimismo, anotan los autores, a medida que más países se vean sometidos a sanciones estadounidenses, se verán motivados a reducir su dependencia del dólar para el comercio transfronterizo y las reservas de divisas. En lugar de reconfigurar sus patrones comerciales para ajustarse a las preferencias estadounidenses, los países reestructurarán su infraestructura financiera para mantener el flujo comercial.
Mayor peligro
Fishman, Jain y Nephew señalan que el mayor peligro para el dominio del dólar provenga de las amenazas de Trump al Estado de derecho, que socavarán los cimientos sobre los que se asienta la posición del dólar. El riesgo no solo reside en que la administración pueda precipitar una crisis constitucional al desafiar a los tribunales, sino también en que se consolide una forma de gobierno más corrupta y personalista bajo un presidente inclinado a pactar con sus amigos y castigar a sus enemigos.
La deuda del gobierno estadounidense supone un riesgo adicional si se recortan los impuestos sin frenar el gasto implicará que una mayor proporción de los ingresos públicos se destine al pago de intereses en lugar de a otras prioridades, lo que perjudicará el crecimiento económico a largo plazo y el atractivo de los activos estadounidenses.
Algunos allegados a la administración han propuesto ideas insólitas. Estas incluyen obligar a los inversores extranjeros a canjear sus tenencias de bonos del gobierno estadounidense por bonos a cien años sin interés, lo que perjudicaría la credibilidad de EE.UU como prestatario y, por extensión, la posición del dólar. Obligar a los países a asumir pérdidas en sus tenencias de bonos ahuyentará a futuros compradores y, si el canje es involuntario, podría incluso ser clasificado como impago por las agencias de calificación crediticia.
FED acosada
Fishman, Jain y Nephew anotan que, si la economía se debilita, Trump podría encontrarse en una situación de colisión con la FED, como ocurrió durante su primer mandato. Si la presión de Trump prospera, dañará la independencia y la credibilidad de la FED, lo que, a su vez, perjudicará la posición global del dólar, ya que los países empiezan a temer que la política, y no la economía, esté guiando la política monetaria estadounidense.
Por otra parte, incluso si estas amenazas no destronan por completo al dólar, cualquier reducción en su prestigio tendría graves consecuencias para EE.UU y el mundo. Su condición de reserva ofrece inmensos beneficios como tasas de interés más bajas para la deuda pública y la facultad de imponer sanciones contundentes. Otros países también encuentran más fácil operar en la economía global. El resultado de la depreciación del dólar será un aumento de los costos, una mayor complejidad del comercio y una reducción del nivel de vida, al menos hasta que surja otra moneda que lo reemplace.
Colofón
Los autores finalizan señalando que el dólar no siempre ha sido la moneda de reserva mundial ni la moneda predilecta para el comercio internacional. En el siglo XIX, la libra esterlina era la que gozaba de ese estatus. Sin embargo, tras dos guerras mundiales y décadas de declive político y económico, Londres presenció cómo el estatus global de la libra esterlina se desvanecía.
No hubo nada inevitable en la caída de la libra ni en el surgimiento del dólar, al igual que no hay nada inevitable en la posible desaparición del dólar hoy en día. Son las decisiones, no el destino, las que determinan las monedas de reserva; si el dólar es finalmente destronado, será un desastre provocado por la propia administración Trump.