Por Carlos Caballero León, ex jefe de la Agencia Espacial del Perú CONIDA

En setiembre 2016, el Estado Peruano ingresó a la era espacial gracias al lanzamiento del satélite de observación de la tierra óptico PerúSAT-1, el más potente de su tipo en Latinoamérica por su resolución submétrica. Adquirido por Perú en el marco de un convenio de Gobierno a Gobierno con Francia, el sistema satelital peruano ha sido desarrollado por la compañía Airbus Defence and Space.

El PerúSAT-1 orbita la tierra a una altura de 702.5 km, a una velocidad de 27,000 km/h. Desde el espacio, captura escenas de cualquier lugar del mundo, de 210 kilómetros cuadrados con una resolución espacial de 70 centímetros. El satélite es operado desde el Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales, en Pucusana, Lima, en donde se reciben las imágenes y se verifica la operatividad del PerúSAT-1 mediante el control de casi 32,000 parámetros. Todo ello permite afirmar que el sistema satelital peruano representa la tecnología más avanzada con la que ha contado el Perú en toda su historia.

Orígenes del sistema satelital peruano

El proyecto de inversión pública (PIP) que dio nacimiento a este sistema soberano tenía por objetivo principal proveer de información espacial (imágenes satelitales) a las entidades del sector público peruano para aplicaciones de desarrollo, defensa y seguridad. Otros dos objetivos del proyecto eran formar especialistas en procesamiento de imágenes satelitales y difundir los beneficios de la tecnología satelital entre tomadores de decisiones y usuarios potenciales.

Sus orígenes se remontan a fines de los años ’90, durante el gobierno de Alberto Fujimori, cuando la Agencia Espacial del Perú (CONIDA) identificó la necesidad de diversas instituciones estatales de contar con imágenes satelitales para sus diferentes aplicaciones. En respuesta, CONIDA trató de desarrollar un satélite con sus propios medios sin resultado.

El 2006, durante el gobierno de Alejandro Toledo, con la ley 28799 se declaró de interés nacional la creación del Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (CNOIS). En ese momento, el proyecto preveía únicamente la creación del CNOIS y seguir comprando imágenes de otros satélites. Sin embargo, entre 2009 y 2010, el gobierno de Alan García II modificó el proyecto para considerar, aparte del Centro, la contratación de un satélite de resolución métrica.

En 2013, durante el gobierno de Ollanta Humala, se modificó las características del satélite para que sea de resolución submétrica. Cabe señalar que un satélite submétrico proporciona mayor nivel de detalle que uno métrico, por lo cual, esta decisión mejoró significativamente el proyecto. Luego de la contratación, fabricación y lanzamiento, el sistema fue entregado a CONIDA en diciembre de 2016 para su entrada en operación. Si se considera que el PerúSAT-1 ha sido diseñado para una vida útil de al menos diez años, se entiende que este es un proyecto nacional, que desde sus inicios hasta el fin de su vida útil, habrá trascendido varias administraciones de gobierno.

En diciembre 2018, el satélite cumplió dos años de operación a cargo de CONIDA. Por tal motivo, en el presente artículo se repasará algunos indicadores de la explotación del sistema en ese periodo, para determinar en qué medida se cumplieron los objetivos del proyecto, las principales aplicaciones y usuarios, las lecciones aprendidas y su proyección al futuro.

Crecimiento exponencial del suministro de imágenes satelitales al Estado Peruano

De acuerdo con los registros oficiales, antes de tener un satélite soberano se contaba alrededor de 20 instituciones públicas que usaban imágenes satelitales para el cumplimiento de sus funciones. Estas imágenes eran adquiridas en el mercado nacional e internacional en procesos que pueden ser calificados como poco eficientes debido al largo tiempo que demandan los procedimientos de compras estatales, a precios muy elevados por cada imagen adquirida, en compras que al ser realizadas de manera independiente por cada institución no permitían acceder a economías de escala.

En efecto, antes del PerúSAT-1, entre los años 2011 al 2015, las compras agregadas de todas las instituciones públicas peruanas arrojaban un promedio de 38 imágenes por año por las cuales se pagaba el equivalente a 570 mil dólares americanos. Debido al poco presupuesto asignado, en diez años, por ejemplo, CONIDA sólo pudo comprar cuatro (04) imágenes, pagando por la más cara el equivalente a 22,500 dólares americanos.

Desde la firma del contrato, en 2014, y más intensamente desde la entrada en servicio del satélite PerúSAT-1, en 2016, CONIDA suministra imágenes satelitales de manera gratuita a todas las instituciones públicas, de manera que ya no destinan presupuesto a este rubro. Las entidades del Estado inicialmente, así como universidades, colegios, centros y profesionales privados que hacen investigación sin fines de lucro, que se sumaron posteriormente, sólo tienen que requerir el registro de sus usuarios para acceder a la información espacial. En contrapartida, CONIDA solicita un informe periódico sobre el uso de las imágenes satelitales, para evaluar los resultados del PIP y su impacto económico.

Los registros al cabo de dos años de operación del PerúSAT-1 indican que las entidades públicas han pasado de adquirir las referidas 38 imágenes, a recibir de CONIDA, sin mediar pago, un promedio de 7,241 imágenes por año, lo que representa un crecimiento de 190 veces. Adquirir esa cantidad de información en el mercado habría significado un promedio de 48 millones de dólares americanos por año, monto que es contabilizado como un ahorro potencial al Estado, derivado de la inversión realizada por el sistema.


Figura 1.- Suministro de imágenes al Estado Peruano a diciembre 2018

Capacitación y difusión de la tecnología espacial

Así como el suministro de imágenes ha tenido un crecimiento exponencial en los dos primeros años de operación del sistema satelital peruano, en los objetivos de capacitación y de difusión del PIP se registraron crecimientos igualmente significativos.

El proyecto preveía capacitar a 452 personas en el procesamiento de imágenes satelitales durante sus tres primeros años. A diciembre 2018, CONIDA había logrado brindar capacitación, en diferentes niveles, a 2890 funcionarios públicos e investigadores de todo el Perú. Las encuestas realizadas muestran que más del 97% de los capacitados se encontraban altamente satisfechos con la formación recibida.

Si bien en el rubro de capacitación los resultados han superado en 6 veces el objetivo original del proyecto, es necesario comprender que el esfuerzo de capacitación de funcionarios e investigadores debe ser sostenido en el tiempo ya que el empleo de las imágenes satelitales depende de que las instituciones usuarias dispongan de personal debidamente calificado para este fin.


Figura 2.-Funcionarios capacitados para explotación de imágenes

del PerúSAT-1 a diciembre 2018

En lo que respecta al objetivo de difusión de los beneficios de la tecnología satelital, el proyecto establecía la meta de impactar en 600 personas. Sin embargo, a diciembre 2018, se llegó a 36,939 autoridades del Ejecutivo, congresistas, gobernadores regionales y alcaldes, líderes de instituciones, políticos, miembros del cuerpo diplomático, funcionarios diversos, investigadores, periodistas, estudiantes universitarios y público en general. El esfuerzo de difusión demandó un recorrido de 79,826 kilómetros a lo largo y ancho de todo el Perú.

La difusión ha sido muy importante para promover el crecimiento sostenido de los profesionales capacitados en uso de imágenes satelitales y del empleo de la información espacial. De esta forma, en los dos primeros años de operación del sistema, se ha consolidado el uso de imágenes en sectores como defensa, seguridad, agricultura, gestión del riesgo de desastres, transportes, y por otro lado, se han registrado nuevas entidades como fiscalías, Policía Nacional, gobiernos regionales y locales, universidades, entre muchas otras, de forma que a finales del 2018 las instituciones usuarias habían pasado de 20 a 462.

En las actividades de difusión se presenta al público el sistema satelital, sus antecedentes, las aplicaciones y los resultados obtenidos. Mucha gente asistía conociendo poco del tema o con algún sesgo negativo. Sin embargo, las encuestas realizadas indican que luego de haber recibido la información sobre el satélite, el 99.4% de las personas consideraba que el PerúSAT-1 es importante para el desarrollo del país.

Figura 3.- Indicadores de Gestión en el área de Difusión a diciembre 2018

Cooperación internacional

Si bien el proyecto de inversión del sistema satelital tenía los tres objetivos ya citados, durante su explotación se han registrado una serie de beneficios y temas derivados que no habían sido contemplados originalmente pero que lo enriquecen sensiblemente. De ellos, es digno de resaltar el tema de la cooperación internacional.

El Perú país andino, amazónico, bioceánico y con presencia en la Antártida es también, desde el año 2016, un país espacial. El PerúSAT-1 orbita la tierra y puede adquirir, desde el espacio exterior, imágenes de cualquier lugar del mundo. La información recogida otorga entonces al Estado Peruano un inmenso potencial para interactuar en la comunidad internacional. Si añadimos el hecho que es el satélite más avanzado de su tipo en la región comprenderemos que este avance ha situado al Perú en una posición de liderazgo indiscutible en términos de capacidades espaciales de observación de la tierra en Latinoamérica y ha tenido enorme repercusión internacional.

Ello explica que desde el inicio de su operación, se han registrado solicitudes de cooperación bilateral con países que tienen diferentes medios en el espacio, con la finalidad de compartir capacidades e incrementar mutuamente los beneficios. Si un país tiene un satélite de observación de tipo radar o un satélite de comunicaciones se puede encontrar un arreglo en el cual Perú entrega imágenes satelitales del territorio del país cooperante, para recibir en compensación imágenes radar de Perú o señal de comunicaciones para uso doméstico.

De esta manera, se ha firmado y puesto en ejecución un convenio de cooperación con la República de Corea con excelentes resultados. Asimismo, a diciembre 2018, se habían iniciado negociaciones con Argentina, Bolivia, Brasil, Kazajistán, Azerbaiyán y Estados Unidos, a fin de establecer relaciones de cooperación, en un esquema que parece no tener límites y que debe permitir el surgimiento de la diplomacia espacial en Perú.

Evento técnico y política

Como puede apreciarse hasta acá, los dos primeros años del sistema satelital peruano han sido extraordinarios en términos de cumplimiento de objetivos, satisfacción de los usuarios, entidades que emplean imágenes satelitales en sus procesos y beneficios obtenidos. El sistema nunca ha dejado proveer de información a sus usuarios, ha adquirido imágenes todos los días desde su lanzamiento, llegando a contarse al cabo de dos años con un archivo de 171,535 escenas del Perú y del mundo en perfecto estado de conservación.

Sin embargo, hacia fines del 2018, un evento técnico absolutamente menor originado en un software de producción de imágenes, que acontecía de forma aleatoria, casi imperceptible, al punto que ninguna institución usuaria reportó algún reclamo al respecto y que fue solucionado por el fabricante, fue presentado en algunos medios como una falla total del satélite. Esta información motivó severos cuestionamientos de políticos e inclusive una citación al Congreso de la República al Jefe de CONIDA para tratar el tema.

En realidad, lo registrado en diciembre 2018 fue una reedición de los diversos cuestionamientos a la compra del satélite, que iniciaron el 2014, por motivaciones comerciales, mediáticas y políticas.

No es necesario hacer referencia al proveedor perdedor de la venta del satélite ni a la forma en que algunos pocos medios presentaron la información. Sin embargo, es sumamente relevante comentar que algunos congresistas y políticos cometen un enorme error estratégico cuando emplean el tema del satélite como un terreno de lucha para atacar a sus adversarios, en cuyo gobierno se contrató el sistema satelital. Ello les hace perder objetividad, afecta sensiblemente su imagen y los distancia de la población.

El espacio y la carrera espacial iniciada con el lanzamiento del PerúSAT-1 no es tema de un gobierno. Como se ha explicado, trasciende a varias administraciones, lo que lo hace un asunto de interés nacional, que demanda un tratamiento muy prudente y amerita una visión de estadista.

Proyección al futuro

La Agencia Espacial del Perú CONIDA tiene el enorme reto de operar la tecnología más avanzada del país en beneficio de todos los peruanos. Ello implica como condición básica la modernización de la institución, que comenzó con la implementación y certificación de un sistema de gestión de calidad bajo la norma ISO 9001:2015; al que siguen un sistema de gestión anti soborno ISO 37001 y un sistema de seguridad de la información ISO 27001.

La enorme cantidad de información disponible en CONIDA la obliga a automatizar todos sus procesos con un enfoque de big data, a fin de continuar creciendo en términos de cantidad de usuarios y satisfacción, en Perú y el mundo. Asimismo, se debe dar inicio a las actividades de comercialización a fin de satisfacer la evidente demanda global en este rubro.

Finalmente, es muy importante que se explote al máximo el sistema satelital peruano, en todas sus dimensiones posibles. Que la gran mayoría de peruanos lo conozca y sienta que esta inversión lo ha beneficiado de alguna manera. Que se registre y cuantifique económicamente cada uno de los beneficios obtenidos. El PerúSAT-1 representa la tecnología más avanzada del país, tiene un enorme potencial de crecimiento y de hacer de este proyecto de inversión pública uno de los más rentables en la historia nacional. Del éxito de este sistema depende la continuidad futura de la carrera espacial del Perú.

Carlos Caballero León es ingeniero de construcciones aeronáuticas por la École Nationale Supérieure d’Ingénieurs de Constructions Aéronautiques ENSICA, de Toulouse, Francia. Master en Ciencias de Defensa y Seguridad Interamericana por el Interamerican Defense College de Washington DC, Estados Unidos de América. Mayor General de la Fuerza Aérea del Perú Ingeniero Electrónico en retiro. Se ha desempeñado como Director General de Recursos Materiales del Ministerio de Defensa el año 2015 y como Jefe de la Agencia Espacial del Perú CONIDA los años 2017 y 2018.

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