Grabr
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Si alguna vez ha visitado amigos o familiares en Brasil, seguramente le han pedido que les lleve algo, ya sea vitaminas, el último iPhone o incluso un grifo de cocina.

Ahora hay una aplicación que tiene como objetivo expandir esa práctica más allá de los amigos y familiares, y convertir a completos extraños en mensajeros. Y en ganancias.

Grabr, una startup que tiene sede en San Francisco y tres años de antigüedad, contacta a viajeros con consumidores y los ayuda a resolver la logística de comprar y entregar los productos. En el más simple de los términos, funciona como una agencia de alquiler de espacio de equipaje disponible y como un servicio de entrega. O podría considerarse un servicio de envío completamente nuevo.

Los impuestos y los aranceles de importación son altos en los países en desarrollo como Brasil, y el acceso a bienes es limitado. Recientemente, para empeorar las cosas, las aerolíneas impusieron límites de peso más estrictos para el equipaje. Los viajeros internacionales ahora deben hurgar en sus billeteras si su equipaje excede las 50 libras (22.5k), frente al límite anterior de 70 libras.

"La gente espera a que familiares o amigos viajen para que les traigan cosas", dijo en una entrevista telefónica la titular de Grabr en Brasil, Michele Chahin. "Estamos llevando la tecnología para algo que es natural para los brasileños".

Cómo funciona
La plataforma está diseñada para proteger a ambas partes. El viajero realiza la compra, el comprador paga y la aplicación retiene los fondos hasta que ambas partes se reúnen y confirmen que todo está correcto.

El comprador paga un sobreprecio previamente acordado al viajero y Grabr cobra un 7 por ciento de comisión. Los compradores normalmente ahorran al menos un 30 por ciento del valor de los bienes en comparación con los precios locales, dijo Chahin, que es la única empleada de Grabr en Brasil.

Grabr, que compite con otras aplicaciones como PiggyBee y Backpack, ha supervisado el transporte de más de 350,000 entregas en todo el mundo desde que comenzaron las operaciones, desde Moscú hasta Ciudad de Ho Chi Minh. El año pasado, el 40% de las entregas fueron a Argentina y el 30% a Brasil, dijo Chahin.

El mercado es más grande en Argentina, por ahora, porque los residentes tienen menos acceso a ciertos productos. En Brasil, los bienes están más disponibles, pero los impuestos a las importaciones pueden ser muy elevados. Los productos más solicitados son electrónicos, incluido cualquier producto de Apple Inc. El maquillaje, los productos para el cabello y los artículos de colección también son populares.

Grabr quiere que sus clientes cumplan con las regulaciones locales y paguen los aranceles aduaneros necesarios. La aplicación tiene enlaces a sitios web de agencias de aduanas de todo el mundo. "Se espera que los usuarios funcionen dentro de los límites establecidos", dijo Chahin.

Más financiamiento
La semana pasada, Grabr recibió US$8 millones en financiamiento liderado por Foundation Capital y dijo que Charles Moldow, socio general de Foundation, se unirá al directorio. Los inversores anteriores incluyen a Founders Fund y SignalFire. La compañía dijo en un comunicado que planea usar los nuevos fondos para introducir nuevas funciones y contratar más personal.

Allan Castellon, residente de São Paulo, adora la aplicación. Durante la temporada de fin de año, el joven de 35 años usó Grabr para comprar altavoces Megablast que según dice no se venden en Brasil. Pagó US$159 más una tarifa de envío de alrededor de US$20. Castellon, que trabaja en Triple S Cloud Solutions, estima que un producto similar vendido en el país costaría alrededor de US$ 900.

"Nuestros impuestos son tan altos aquí, que hace que las cosas sean demasiado caras", dijo Castellon. "Quizás el gobierno capte algo de esto y se dé cuenta de que las cosas deben cambiar".

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