El proyecto minero Tía María demandará una inversión de US$1,400 millones. (Foto: GEC)
El proyecto minero Tía María demandará una inversión de US$1,400 millones. (Foto: GEC)

El presidente del Consejo de Ministros, , visitará esta semana el Valle de Tambo. La mirada está puesta en el conflicto que provoca la potencial instalación del proyecto en el lugar.

La llegada del alto funcionario se produce en un escenario complicado. Un sector de la población ha retomado las protestas ante la inminente autorización final al proyecto de Southern Perú, según informó el Búho.pe

Salvador del Solar llegará para instalar una mesa de diálogo en el que abordarán el proyecto Tía María. La fecha y lugar del encuentro aún no han sido fijados. Sin embargo, para los opositores el asunto está más que concluido: “Tía María no va” porque es un proyecto que atentará contra la agricultura y el medio ambiente.

Desconfianza
En más de una ocasión han hecho notar su desconfianza al Estudio de Impacto Ambiental del proyecto. Están convencidos de que la minera tomará aguas de la cuenca del Tambo para sus operaciones y no del mar como afirman. El único diálogo que aceptarán será para tratar la falta de proyectos en la provincia de Islay, una promesa postergada desde el 2015.

Así lo evidenciaron el último jueves 20 de junio con la paralización de 24 horas que acataron más de mil personas en el valle de Tambo. Agricultores, obreros y pobladores marcharon por las calles de Cocachacra, Dean Valdivia y Punta de Bombón.

La movilización suspendió las labores escolares y restringió el transporte interprovincial. Después de cuatro años, el escenario volvía a repetirse.

Rechazan proyecto
La presidenta de la Junta de Usuarios de la Ensenada – Mejía – Mollendo, Mary Luzmila Marroquín, fue concluyente al señalar que el valle de Tambo no aprobará Tía María. Mostró su desconfianza hacia la mesa de diálogo convocada por el gobierno, pues “nunca se han concretado las propuestas.

No obstante, también se evidencian diferencias entre estos dirigentes. Desconfianza mutua e incapacidad para establecer una agenda concreta, impiden designar un vocero para el diálogo.