El reconocimiento facial despierta el interés de los 'big names' digitales

Los medios de comunicación han puesto énfasis en las fallas de la tecnología en reconocimiento facial de gigantes como Google y Amazon. Solo en julio pasado, la ONG Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) decidió poner a prueba a Rekognition, la tecnología de reconocimiento facial de Amazon, y el resultado no fue nada auspicioso.

Lo que paso fue lo siguiente: Rekognition confundió a 28 miembros del Congreso de los Estados Unidos con posibles delincuentes. Lo peor de todo fue que el 40% de las confusiones estaban relacionadas a congresistas de raza negra.

Tres años antes, la aplicación Google Photos también etiquetó a dos afroamericanos en imágenes de gorilas cuando utilizó su tecnología de reconocimiento facial. Al gigante tecnológico no le quedo más que pedir disculpas.

Es entonces que la tarea para hallar una tecnología más eficaz la han tomado la startups. Incluso hay una de origen británico que está logrando posicionarse fuertemente en el mercado, se llama iProov, y ya la utilizan algunos bancos een sus canales online.

Cuenta con la tecnología Flashmark, que utiliza una iluminación controlada para detectar posibles fraudes al inicio de una sesión online para retirar dinero, ingresar una cuenta privada, entre otros. Con esta herramienta ya no es posible recurrir al engaño con el uso de una fotografía o vídeo para acceder a una cuenta.

También está RealFace, de origen israelí, que cuenta con Pickeez, un software de reconocimiento facial que elige automáticamente las mejores fotos del usuario de cada plataforma en la que tiene presencia. En el 2017 fue adquirida por Apple para sus nuevas versiones del iPhone.

Como se observa, estas soluciones usando Inteligencia Artificial, apuntan a buscar más y mejor seguridad. Incluso se ha planteado que podría ser útil para detectar a personas con antecedentes criminales en las grandes ciudades, gracias al uso de cámaras. Aun así, existe el temor a entrometerse en las libertades personales.

De todos modos, parece ser que la gran prueba para este tipo de tecnología llegará con los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, acaso uno de los eventos deportivos con mayor aglomeración de personas. La herramienta que se utilizará llevará por nombre Neoface y ya se encuentra en etapa de prueba. Se espera que pueda “reconocer” a 300.000 personas en dicho evento. Toda una tarea titánica.

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