(Video: AFP)

La temperatura supera los 31 grados a la sombra en la reserva natural Pacaya Samiria, en plena .

Aquí viven siete comunidades que aprovechan los recursos naturales de la reserva, al tiempo que protegen la biodiversidad.

Una de ellas es la comunidad 20 de Enero, integrada por 95 familias que desde hace 18 años viven del sembrado y cosecha del aguaje, el fruto emblemático de la reserva.

"Sí, es un tesoro para nosotros, porque esto es el recurso que para muchas familias aquí en la comunidad la mayoría de las familias es el único beneficio, el aguaje, donde se puede recursear", comenta Modesto Zamora, integrante de la Asociación para la Conservación de Recursos Naturales en 20 de Enero.

Antes los pobladores cortaban las plantas, que crecían hasta 40 metros, para recoger los aguajes. Ahora, para luchar contra la tala, llegan a los frutos subiendo a las palmeras con un sistema de cuerdas.

La cosecha se comercializa luego para la preparación de jugos, jabones y aceites medicinales, utilizados contra la caída del cabello y el estrés.

Recientemente, el presidente Martín Vizcarra eligió esta reserva para lanzar el plan Patrimonio Natural del Perú, que destinará US$140 millones a proteger 38 áreas naturales que abarcan 17 millones de hectáreas del país.

"Hemos visto que acá con las comunidades se puede conservar pero se puede generar sostenibilidad y se puede generar ingresos y bienestar para los que viven en ella", dijo Vizcarra.

La iniciativa cuenta con apoyo de organizaciones como World Wildlife Fund, Andes Amazon Fund, Fundación Moore y Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

"Creemos que al proteger estos recursos le devolverá a estas comunidades en términos de proteger los recursos de los que dependen", refiere Aileen Lee, jefe de programa en la Fundación Gordon and Betty Moore.

Pero aquí los pobladores se quejan de la falta de apoyo gubernamental, en una comunidad sin luz, agua o servicios de salud.

"Nosotros vivimos en un área natural protegida que nosotros conservamos los recursos, y también pues el estado tiene que invertir en las comunidades que viven dentro y fuera de la reserva. Porque estamos olvidados, (esta) parte de la Amazonia estamos olvidados", señaló Wiler Tuesta, presidente de la Asociación de Productores y Procesadores de Aceite de Aguaje.

Algunos expertos estiman que el planeta se halla peligrosamente en un punto de inflexión en la Amazonía, donde se ha perdido 17% de la selva en los últimos 50 años, acercándose cada vez más al 20% en el que se estima que los bosques se secarían.

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